Didaché es una palabra griega que significa “enseñanza”. El título completo de la obra es “La instrucción del Señor a los gentiles por medio de los doce apóstoles”, o de forma más resumida “Instrucciones de los apóstoles”.
Está considerado como uno de los documentos más importantes de la Iglesia primitiva. Pertenece al grupo de escritos de los Padres Apostólicos[1]. Aunque la fecha de su composición no se conoce con exactitud algunos autores opinan que fue escrito entre los años 50 al 70, otros lo situan entre comienzos y mediados del siglo II.
Sobre la confesión de los pecados
En contraposición con la práctica común dentro del protestantismo donde la persona se confiesa directo con Dios, en la Didaché encontramos un temprano testimonio de la disciplina penitencial de la Iglesia primitiva que inicialmente implicaba una confesión pública de los pecados ante los presbíteros y la comunidad tal como se menciona en la Sagrada Escritura (Hechos 19,18; Santiago 5,16) y cuya forma de desarrolló paulatinamente hasta la confesión auricular que conocemos hoy en día[1].
“Reunidos cada día del Señor, romped el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.” (Didaché 14,1)
NOTAS:
[1] Si bien la confesión auricular pudo desarrollarse en su forma exterior a través del tiempo, su esencia, que radica en el hecho reconocido de la reconciliación del pecador por medio de la autoridad de la Iglesia se desprende del poder que Cristo otorgó a sus apóstoles, cuando les dijo que “a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Juan 20,23).
Está considerado como uno de los documentos más importantes de la Iglesia primitiva. Pertenece al grupo de escritos de los Padres Apostólicos[1]. Aunque la fecha de su composición no se conoce con exactitud algunos autores opinan que fue escrito entre los años 50 al 70, otros lo situan entre comienzos y mediados del siglo II.
Sobre la confesión de los pecados
En contraposición con la práctica común dentro del protestantismo donde la persona se confiesa directo con Dios, en la Didaché encontramos un temprano testimonio de la disciplina penitencial de la Iglesia primitiva que inicialmente implicaba una confesión pública de los pecados ante los presbíteros y la comunidad tal como se menciona en la Sagrada Escritura (Hechos 19,18; Santiago 5,16) y cuya forma de desarrolló paulatinamente hasta la confesión auricular que conocemos hoy en día[1].
“Reunidos cada día del Señor, romped el pan y dad gracias, después de haber confesado vuestros pecados, a fin de que vuestro sacrificio sea puro.” (Didaché 14,1)
NOTAS:
[1] Si bien la confesión auricular pudo desarrollarse en su forma exterior a través del tiempo, su esencia, que radica en el hecho reconocido de la reconciliación del pecador por medio de la autoridad de la Iglesia se desprende del poder que Cristo otorgó a sus apóstoles, cuando les dijo que “a quienes perdonéis los pecados, les quedan perdonados; a quienes se los retengáis, les quedan retenidos” (Juan 20,23).
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