Friday, December 11, 2015

Papa Francisco propone estas 30 preguntas para un buen examen de conciencia

El Papa Francisco obsequió a los fieles en la Plaza de San Pedro un folleto titulado “Custodia el corazón”, que fue entregado por varios indigentes de Roma y que contiene recursos para el camino de conversión.

Entre los distintos recursos planteados por el Santo Padre está un examen de conciencia de 30 preguntas para hacer una buena confesión, así como una breve explicación sobre las razones para acudir al sacramento.

Para confesarse es necesario comenzar “por la escucha de la voz de Dios” seguido del “examen de conciencia, el arrepentimiento y el propósito de la enmienda, la invocación de la misericordia divina que se nos concede gratuitamente mediante la absolución, la confesión de los pecados al sacerdote, la satisfacción o cumplimiento de la penitencia impuesta, y finalmente, con la alabanza a Dios por medio de una vida renovada”.

— El examen de conciencia

A continuación las 30 preguntas propuestas por el Papa Francisco para hacer una buena confesión:

En relación a Dios:

¿Solo me dirijo a Dios en caso de necesidad?
¿Participo regularmente en la Misa los domingos y días de fiesta?
¿Comienzo y termino mi jornada con la oración?
¿Blasfemo en vano el nombre de Dios, de la Virgen, de los santos?
¿Me he avergonzado de manifestarme como católico?
¿Qué hago para crecer espiritualmente, cómo lo hago, cuándo lo hago?
¿Me revelo contra los designios de Dios?
¿Pretendo que Él haga mi voluntad?

En relación al prójimo:

¿Sé perdonar, tengo comprensión, ayudo a mi prójimo?
¿Juzgo sin piedad tanto de pensamiento como con palabras?
¿He calumniado, robado, despreciado a los humildes y a los indefensos?
¿Soy envidioso, colérico, o parcial?
¿Me avergüenzo de la carne de mis hermanos, me preocupo de los pobres y de los enfermos?
¿Soy honesto y justo con todos o alimento la cultura del descarte?
¿Incito a otros a hacer el mal?
¿Observo la moral conyugal y familiar enseñada por el Evangelio?
¿Cómo cumplo mi responsabilidad de la educación de mis hijos?
¿Honoro a mis padres?
¿He rechazado la vida recién concebida?
¿He colaborado a hacerlo?
¿Respeto el medio ambiente?

En relación a mí mismo:

¿Soy un poco mundano y un poco creyente?
¿Cómo, bebo, fumo o me divierto en exceso?
¿Me preocupo demasiado de mi salud física, de mis bienes?
¿Cómo utilizo mi tiempo?
¿Soy perezoso?
¿Me gusta ser servido?
¿Amo y cultivo la pureza de corazón, de pensamientos, de acciones?
¿Nutro venganzas, alimento rencores?
¿Soy misericordioso, humilde, y constructor de paz?

Tuesday, September 1, 2015

El Papa concede a los sacerdotes que absuelvan el pecado del aborto durante el Jubileo de la Misericordia (2016)

El papa Francisco quiere que el próximo Jubileo esté realmente dedicado a la Misericordia y por ello en una carta indicó hoy porqué concedió a los sacerdotes que absuelvan «el pecado de aborto» y que se conceda la indulgencia a los presos.

«Este Año jubilar de la Misericordia no excluye a nadie», así se expresó Francisco en una carta enviada al presidente del Pontificio Consejo para la promoción de la Nueva Evangelización, Rino Fisichella, y encargado de organizar el Año Santo extraordinario, y publicada este martes por la oficina de prensa del Vaticano.

«Por este motivo he decidido conceder a todos los sacerdotes para el Año jubilar, no obstante cualquier cuestión contraria, la facultad de absolver del pecado del aborto a quienes lo han practicado y arrepentidos de corazón piden por ello perdón», explicó.

Según la doctrina católica, el aborto es un pecado grave que comporta excomunión y un sacerdote sólo lo puede absolver por orden de un obispo o del pontífice.

El portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, explicó que la decisión del papa «no es una atenuación de la gravedad del pecado (del aborto)», así como «no quiere de ninguna manera minimizar la gravedad de ello».

Puntualizó además que esta decisión no es para siempre, sino únicamente durante el año jubilar, que comenzará el próximo 8 de diciembre y concluirá el 20 de noviembre de 2016.

En su misiva, Francisco introdujo el tema afirmando que «uno de los graves problemas de nuestro tiempo es, ciertamente, la modificación de la relación con la vida» y que «algunos viven el drama del aborto con una consciencia superficial, casi sin darse cuenta del gravísimo mal que comporta un acto de ese tipo».

Una elección sufrida y dolorosa

«Pero muchos otros, en cambio -explicó el papa- incluso viviendo ese momento como una derrota, consideran no tener otro camino por donde ir».

«Pienso, de forma especial, en todas las mujeres que han recurrido al aborto. Conozco bien los condicionamientos que las condujeron a esa decisión», escribió Francisco.

La carta continúa: «Sé que es un drama existencial y moral. He encontrado a muchas mujeres que llevaban en su corazón una cicatriz por esa elección sufrida y dolorosa. Lo sucedido es profundamente injusto; sin embargo, sólo el hecho de comprenderlo en su verdad puede consentir no perder la esperanza».

Francisco indica entonces a los sacerdotes que «se deben preparar para esta gran tarea sabiendo conjugar palabras de genuina acogida con una reflexión que ayude a comprender el pecado cometido, e indicar un itinerario de conversión».

Recuerdo de los presos

El papa también recuerda que la celebración de un Jubileo siempre ha sido la ocasión de una «gran amnistía» para los presos, «que aunque mereciendo una pena, sin embargo han tomado conciencia de la injusticia cometida y desean sinceramente integrarse de nuevo en la sociedad».

Y además concede que los presos «en las capillas de las cárceles podrán ganar la indulgencia».

«Cada vez que atraviesen la puerta de su celda, dirigiendo su pensamiento y la oración al Padre, pueda este gesto ser para ellos el paso de la Puerta Santa», escribió.

El organizador del Jubileo, Rino Fisichella, ha señalado que «Francisco, desde siempre, ha querido destacar que el Jubileo extraordinario podrá ser vivido en Roma, pero también en las diferentes diócesis».

Por ello, Francisco destacó que para recibir la indulgencia (el perdón de los pecados) los fieles están llamados a realizar una breve peregrinación hacia la Puerta Santa de San Pedro y de las cuatro basílicas romanas, pero también «en la catedral o en las iglesias establecidas por el obispo diocesano».

A quienes por diversos motivos se vean imposibilitados de llegar a la Puerta Santa, como enfermos y las personas ancianas y solas, «también a través de los diversos medios de comunicación».

Otra de las sorpresas de este Jubileo es que Francisco también concede que puedan dar el perdón de los pecados los sacerdotes de la Fraternidad de San Pío X, los llamados lefebvrianos.

Y desea «que se puedan encontrar soluciones para recuperar la plena comunión con los sacerdotes y los superiores de la Fraternidad», que no reconoce las novedades introducidas en el Concilio Vaticano II, lo que desató en 1988 un cisma en la Iglesia católica.

Fuente: abc.es

Sunday, June 28, 2015

En Año de la Misericordia el confesionario será “la Puerta Santa del alma”


Con la Bula “Misericordiae vultus” (El Rostro de la Misericordia), el Papa Francisco convocó al Jubileo de la Misericordia (11 de abril, de 2015), al que dará inicio con la apertura de la “Puerta Santa” de Basílica de San Pedro el 8 de diciembre, Solemnidad de la Inmaculada Concepción, y que concluirá el 20 de noviembre de 2016, Solemnidad de Cristo Rey del Universo.

Durante este año, los fieles atravesarán la Puerta Santa con la posibilidad de adquirir la indulgencia plenaria, sin embargo, el Regente de la Penitenciaría Apostólica, Obispo Krzysztof Nykiel, recordó que el verdadero perdón llega con la confesión.

“Durante el Jubileo extraordinario de la Misericordia, el confesionario será 'la Puerta Santa del alma'. Y la celebración del sacramento de la Reconciliación será la ocasión para un encuentro con Cristo Misericordioso”, ha explicado obispo Krzysztof Nykiel en declaraciones a Radio Vaticana.

Este Jubileo será un año propicio para redescubrir la centralidad del sacramento de la Confesión en la vida de la Iglesia. “Todo el que quiera experimentar la alegría de sentirse acogido y amado por Dios deberá, en efecto, acercarse al confesionario, porque principalmente a través de este sacramento, Dios se manifiesta al hombre como Padre que no se cansa nunca de perdonar y de salvar”.

“Todos los peregrinos que lleguen a Roma para obtener la indulgencia plenaria, deberán pasar a través de la Puerta Santa de la Basílica de San Pedro, pero para que el fiel obtenga la absolución de los pecados y experimente la alegría del perdón de Dios, deberá pasar a través de las puertas del confesionario”.

El Prelado recuerda que el sacramento de la Confesión se convierte también en lugar donde “se aprende, se descubre y se vive sobre la propia piel la grandeza del amor de Dios que sacude nuestro corazón del peso del pecado, lo hace consciente y lo dirige cada vez más a la alegría del Evangelio”. De esta manera, explica el Obispo, el sacramento de la Reconciliación adquiere un significado de fe existencial.

Para Mons. Nykiel, el confesor tiene una gran responsabilidad pastoral: “favorecer el encuentro entre los fieles -especialmente los más alejados de la gracia de Dios-, y la misericordia de Dios. Ellos deben ser fuentes vivas de misericordia a la que todos los cristianos podrán beber, en cualquier momento, el agua del perdón y de la salvación”.

Durante el Año Santo, el Papa Francisco enviará por todo el mundo a los “misioneros de la misericordia”, sacerdotes con la autoridad para perdonar también “los pecados que están reservados a la Santa Sede”, es decir: la profanación de la Eucaristía; al absolución de un pecado del que se es cómplice; la violación del secreto de confesión; la consagración del Obispo sin autorización; y la ofensa al Pontífice.

Fuente: Aciprensa.com

Saturday, June 27, 2015

Papa Francisco enviará “Misioneros de la Misericordia” a todo el mundo en Cuaresma de 2016


En su Bula “Misericordiae vultus”, con la que convocó el Jubileo de la Misericordia (11 de abril, 2015), el Papa Francisco anunció que enviará sacerdotes “Misioneros de la Misericordia” durante la Cuaresma de 2016.

El Jubileo de la Misericordia comenzará el 8 de diciembre de este año y concluirá el 20 de noviembre de 2016.

Francisco señaló que “durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia”. Estos sacerdotes, explicó, “serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe”.

El Santo Padre indicó que dará autoridad a estos sacerdotes para “perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica”.

A continuación las palabras al Papa Francisco sobre el envío de Misioneros de la Misericordia:

Durante la Cuaresma de este Año Santo tengo la intención de enviar los Misioneros de la Misericordia. Serán un signo de la solicitud materna de la Iglesia por el Pueblo de Dios, para que entre en profundidad en la riqueza de este misterio tan fundamental para la fe. Serán sacerdotes a los cuales daré la autoridad de perdonar también los pecados que están reservados a la Sede Apostólica, para que se haga evidente la amplitud de su mandato. Serán, sobre todo, signo vivo de cómo el Padre acoge cuantos están en busca de su perdón. Serán misioneros de la misericordia porque serán los artífices ante todos de un encuentro cargado de humanidad, fuente de liberación, rico de responsabilidad, para superar los obstáculos y retomar la vida nueva del Bautismo.

Se dejarán conducir en su misión por las palabras del Apóstol: “Dios sometió a todos a la desobediencia, para tener misericordia de todos” (Rm 11,32). Todos entonces, sin excluir a nadie, están llamados a percibir el llamamiento a la misericordia. Los misioneros vivan esta llamada conscientes de poder fijar la mirada sobre Jesús, “sumo sacerdote misericordioso y digno de fe” (Hb 2,17).

Pido a los hermanos Obispos que inviten y acojan estos Misioneros, para que sean ante todo predicadores convincentes de la misericordia. Se organicen en las Diócesis “misiones para el pueblo” de modo que estos Misioneros sean anunciadores de la alegría del perdón. Se les pida celebrar el sacramento de la Reconciliación para los fieles, para que el tiempo de gracia donado en el Año jubilar permita a tantos hijos alejados encontrar el camino de regreso hacia la casa paterna.

Los Pastores, especialmente durante el tiempo fuerte de Cuaresma, sean solícitos en el invitar a los fieles a acercarse “al trono de la gracia, a fin de obtener misericordia y alcanzar la gracia” (Hb 4,16).

Fuente: religionenlibertad.com

Thursday, February 26, 2015

Los obispos de EE.UU publican en su web materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el sacramento de la Penitencia


Tras la publicación por parte de sus obispos de la la Exhortación Pastoral «El Regalo de Dios del Perdón», la Iglesia en los Estados Unidos, desde la página web de la Conferencia Episcopal de la nación norteamericana (USCCB), ha publicado una serie de materiales para ayudar a los fieles a redescubrir el Sacramento de la Penitencia.

Entre otros recursos figura una guía orientativa para realizar el examen de conciencia previo a la recepción del sacramento.

«En el Sacramento de la Penitencia y la Reconciliación, también conocido como confesión, nos encontramos con el Señor que nos quiere ofrecer su perdón y su gracia para vivir una vida renovada en Él. Por medio de este sacramento, Él nos prepara para recibirlo en la Eucaristía limpios de pecado grave, con una fe viva, una esperanza intensa y un amor purificador», dicen los obispos estadounidenses en la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.

Dicen también que es por la gracia del Espíritu Santo que los bautizados buscan el perdón y el arrepentimiento y «nos liberamos de los hábitos del pecado, crecemos en una vida de virtud, y somos testigos de una conversión gozosa».

Por eso, como recuerdan los obispos, los sacerdotes están siempre dispuestos a acompañar, guiar y, sobre todo, administrar el Sacramento del perdón a los fieles que con corazón arrepentido se acerquen a Dios:

«Si tienen alguna dificultad o duda, o sienten incertidumbre sobre cómo acercarse al Señor en este sacramento, los obispos y sacerdotes estamos deseosos de ayudarles, y si desde hace tiempo no reciben este sacramento sanador, nosotros estamos preparados para acogerlos. Cristo nos ha designado para administrar el perdón en Su nombre, y durante toda nuestra vida también acudimos al sacramento, tanto como penitentes como ministros, y particularmente en este momento de gracia especial que es la Cuaresma».

Para facilitar el acercamiento al Sacramento, la USCCB (United States Conference of Catholic Bishops), desde su sitio web, cuenta con varios recursos sobre la confesión; entre ellos el texto completo de la Exhortación Pastoral "El Regalo de Dios del Perdón", en el que se incluye una guía sobre cómo confesarse; así como el documento titulado «Penitencia: Reconciliados con la relación correcta, llamados a curar y restaurar».

También hay orientaciones para realizar el examen de conciencia de acuerdo con los Mandamientos, a la luz de la enseñanza social católica y cómo han de hacer dicho examen los niños, los jóvenes adultos, las personas solteras y los casados.

Igualmente, se ofrece una catequesis sobre las prácticas penitenciales de la oración, el ayuno y la limosna, las cuales se incrementan durante la Cuaresma, y sobre las enseñanzas de la Iglesia en relación con el Credo, la moralidad, María y los Santos, entre otros; además de un corto video explicativo sobre el Sacramento de la Penitencia y Reconciliación.

La Iglesia Católica, en el Catecismo (numerales del 1455 al 1458) señala que la confesión de los pecados «nos libera y facilita nuestra reconciliación con los demás», ya que a través de ella, «el hombre se enfrenta a los pecados de que se siente culpable; asume su responsabilidad y, por ello, se abre de nuevo a Dios y a la comunión de la Iglesia con el fin de hacer posible un nuevo futuro».

De acuerdo con el mandamiento de la Iglesia «todo fiel llegando a la edad de uso de razón debe confesar, al menos una vez al año, fielmente sus pecados graves». También recomienda, «sin ser estrictamente necesario», confesar los pecados veniales, ya que «ayuda a formar la conciencia, a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo, a progresar en la vida del Espíritu».

Fuente: infocatolica.com